viernes, 13 de agosto de 2010

#tonterasquehicedechica (Parte 1)

Hace un tiempo en twitter hicieron un hashtag que era algo como #tonterasquehicedechico y me puse a poner mis propias #tonterasquehicedechica y eran tantas que a parte de sorprenderme de llegar viva a adulta me dieron ganas de hacer una recopilación más en serio.
Aquí va:

1. Tomar bencina

No sé si tenía un año o un poco más, pero de alguna manera abrí un frasco de el equivalente al Mr Músculo de la época y tomé un buen sorbo. Cuando mis padres y apoderados se dieron cuenta (espero que no hayan pasado más de 10 horas, sino eso explicaría muchas cosas) leyeron el contenido y zás que decía que tenía bencina y otros hazardous materials y que si por algún error tillible alguien consumía el producto tenía que volar a the clinic. Me llevaron al doc y dijo que no era tan grave y que no se veía que hubiera tomado tanta bencina y bla bla bla

2. Perderme en un mall

Fue un poco después que lo anterior y estaba con mi familia de compras cuando al parecer decidí hacerme una casita entre la ropa y en un santiamién nadie me encontraba. Buscaron, buscaron, y nadie me había visto... hasta cerraron el mall y todos neuras pensando que como era so pretty lo más probable es que me hubieran secuestrado. Al final del episodio salí de mi casita y me imagino que todos lloraron de emoción. Ojalá mi papá no lea esto porque todavía tiene pesadillas con mi condoro N° dos. Cuando vi El lado Profundo del Mar le dije que TENÍA que verla porque todo pasaba en Wisconsin (que es dónde vivíamos nosotros y where the real americans are from) sin acordarme del episodio y el pobre no pegó un ojo en semanas con la tonterita de chiquillo perdido. Esa recomendación debería estar en esta lista ahora que lo pienso.

3. Botar 200.000 bicicletas en una tienda

De chica acompañé a mi papá y hermano a comprarle su súper bicicleta Schwinn con asiento de banana y como no me compraban nada a mi y ya me estaba cansando me apoyé en una bicicleta... que estaba apoyada a otra y otra y otra y n+1 más... yada ya
da yada boté la tienda completa.


4. Daños en un avión

Bastante simple. Me llevaron la comida y cerré la bandeja con comida y todo. Mi hermano es un poco culpable porque le tincaba que iba a hacer eso y no hizo nada. O sea pecó de omisión.

5. Jugar a la Pascua

Mis primeras pascuas fueron con nieve así que seguro que esto fue de pura nostalgia. Mi mamá decidió que era un buen minuto para que durmiera siesta y me dejó sola en mi pieza varias horas. Error: había talco. En cuanto me quedé sola empezó la decoración de la pieza y mía propia y cuando mi mamá entró cachó que se le venía una tarde de bañar niñitas con talco y aspirar piezas con ídem.

6. Jugar a lavar los platos

No parece nada pero fue. Como fui educada para ser una espléndida dueña de casa todos los días pedía que me dejaran lavar los platos (harto pava yo) y dale con que no... un día en que no había moros en la costa tiré varias cosas al lavaplatos, puse una silla y me puse manos a la obra. Lo primero que tómé fue un cuchillo filoso y al pasarlo por la esponja zás! que se corta en dos. Ahí me vino el pánico escénico porque era nueva y pensé que podía ser cara y además que me iban a pillar y como soldado que arranca sirve pa otra guerra dejé todo botado y me fui a jugar. Minutos después llegó mi mamá y vio cuchillo gigante, esponja cortada y dijo "la Carola se cortó la mano"... empezaron a buscarme a mi, a mi mano cortada y obvio que me encontraron y en vez de alegrarse que estuviera completa me retaron.

7. Tratar de talar un árbol

Cuando estaba en kínder mi papá compró un hacha... ni idea por qué, pero a mi me pareció que si había un hacha en la casa lo lógico es que era para cortar árboles y decir "¡¡guaaaarda abajo!!" y que cayera igual que en los monitos. Pero cada vez que decía eso, me decían que no porque me podía saltar una astilla al ojo... #malaonda. Un día en que no había moros en la costa busqué el hacha y me fui a la plaza del frente. Primer golpe al árbol sala una astilla... ¿dónde cae? ¡¡¡¡EN MI OJO!!!! No sé si me complicaba más que me retaran o que me dijeran el clásico "¿ve que cuando la mamá le dice algo no es para molestar?, ¿ve que es porque tiene razón?" así que decidí que NO le iba a dar la razón. Entre llorando (obvio) y dije que me había llegado un piedrazo de la casa de atrás. Mi mamá furia los retó uno por uno y al lado con cara de hipócrita. Igual dije la casa de atrás porque a ellos no los conocíamos y sabía que eran más grandes así que demás que alguna vez podían tirar piedras y que me cayeran en el ojo.. ¿o no?... no sé. La cosa es para variar en mi vida a la urgencia de la Alemana, ¿qué le pasó a la niñita?, le llegó un piedrazo... qué horror, cómo están los niños hoy en día.. bla bla bla.
En todo caso el cargo de conciencia siempre me persiguió y cuando estaba en 8° una vez salió el cuento en mi casa y decidí confesar... y me retaron.

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